Muchas veces leo consultas sobre la pedagogía Montessori que me hacen pensar que no se comprende demasiado bien qué es. Por eso, y aunque seguro que ya se ha escrito sobre ello, comparto este post, que hace tiempo quería escribir, y probablemente haga otro sobre lo que sí es Montessori.
No es un creador de genios
Creo que con la intención de demostrar que no se trata de una moda pasajera y que es posible aprender con este método, se habla mucho sobre personas que, educadas con este método, han alcanzado éxito y fama. A raíz de esta información muchos se han acercado a Montessori queriendo formar a sus hijos como los futuros creadores de la tecnología que hunda a Apple, Google y cualquier otra que se les ponga por delante; o como el futuro ganador del Nobel de literatura… Y no, la misma Maria Montessori dijo “No me sigan a mí, sigan al niño”. Eso implica seguir sus intereses y respetar sus gustos y capacidades, así que los planes para que tu hijo sea millonario no dependen de ti, sino de los caminos que pueda elegir y tome el peque. Su capacidad y sus intereses mandan.
Con la pedagogía Montessori no se aprende antes
Si tenemos que seguir al niño habrá que esperar a que de verdad se interese por un concepto en concreto. Un ejemplo práctico es la típica consulta de:
“Mi bebé de 15-24 meses está muy interesado en los números. Me los señala para que le diga, contamos los escalones y ya cuenta del 1 al 10. ¿Qué material Montessori es adecuado para ayudarlo?”
El material adecuado en este caso no tiene que ver con números, sino con lenguaje. El peque se ha dado cuenta de que esos dibujos que se repiten en portales, papeles y libros, tienen nombre, y están aprendiendo a hablar, así que les interesa igual que les interesa la palabra “perro”, no es que quieran ser veterinarios, solo saber cómo se llama.
Tampoco “cuentan” hasta 10, repiten la canción que les has cantado una y mil veces, y esa canción es “unooooodoooostreeeees…”. Pero si le pones 3 pelotas y le preguntas “cuántas” seguramente falle, o solo sepa contar repitiendo la canción, que no es contar, es cantar.
Otro ejemplo es cuando están a punto de andar y te estiran la mano, es el adulto el que piensa:
“Me está pidiendo que le coja las dos manitas por encima de su cabeza y lo ayude a andar porque quiere aprender y no puede”
Mucho pensamos por una manita que se alarga hacia nosotros… Con 4 meses también es frecuente que alarguen la mano y no pensamos eso… Igual quiere tocarte y ya, la primera vez que lo hace y tú lo agarras de ambas manos, él no conocía la experiencia. ¿Qué te hace pensar que te pide algo que no conoce? Lo que sí conoce es apoyarse, así que una buena opción si quieres comprobar si te pide ayuda es ofrecerle las manos pero siempre por debajo de sus hombros, si quiere ayuda y está preparado, se apoyará y andará, si no, solo te tocará o te gritará para que lo aúpes.
No se limita a aprendizaje académico
Hay mucha obsesión por los materiales ideados por Maria Montessori pero poca por darles independencia a los peques. Al principio desearíamos que durmiesen solos, que no nos necesitaran siempre para calmarse, que nos dejaran hacer cosas mientras ellos juegan solitos. Pero luego nos agobia que se manchen comiendo, que lancen objetos, que se suban al sofá, que intenten andar y se caigan mil veces poniendo en riesgo su cara. Hay niños que con 7 años no saben usar un cuchillo porque no tenemos tiempo, ganas o paciencia para enseñarles, pero desde los 2-3 años saben seguir instrucciones simples y hay cuchillos que no les cortarán un dedo si lo usan… Algo está fallando ahí.
La base de la pedagogía Montessori, además de seguir al niño, es “cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo al desarrollo”. Así, tiene más relevancia el ambiente preparado que facilita a la niña llevar a cabo las actividades para las que está preparada. Un ambiente preparado empieza por un adulto preparado y, sobretodo, interesado en observar y facilitarle las cosas a la peque.
Así, el aprendizaje académico y con él los materiales para contar, leer, escribir… quedan en un segundo plano.
No es un método creado por y para ricos
Maria Montessori, mujer de principios del siglo XX, y médico, empezó a trabajar sobre la filosofía de enseñanza que luego llevaría su nombre en una Italia deprimida económicamente con niños que presentaban algún tipo de discapacidad que hacía que fuesen considerados inútiles para aprender, pero con ella, aprendieron. Además, no quiso patentar el nombre “Montessori”, ni los materiales, porque quería que llegase a todo el mundo para mejorar la vida de los niños y, con ello, de las futuras generaciones.
Es cierto que actualmente los precios de la mayoría de centros escolares Montessori son prohibitivos, son centros privados y pueden poner el precio que quieran. También es cierto que hay sitios que se venden como Montessori y lo único que tienen relacionado con ello es un conjunto de materiales, pero no siguen los principios básicos. Por ello, es importante informarse y formarse como padres para poder llevar la filosofía a casa y para poder distinguir un centro Montessori de uno que solo usa esa palabra por cuestiones de marketing.
No prohíbe utilizar objetos de plástico
Maria Montessori vivió entre 1870 y 1952, creo que es fácil entender que en esos años el plástico en vajillas infantiles, juguetes o materiales didácticos no era algo frecuente… No pongo en duda que madera, metal y cristal proporcionan experiencias más ricas a nivel sensorial, pero podemos ahorrarnos el darle a un bebé de 9 meses un vaso de cristal para que lo estrelle contra el suelo, sobretodo porque necesitará estrellar muchos hasta que entienda que no debe hacerlo… Igual hasta los 12 meses o más… Así que puedes ser muy Montessori y tener cristales de seguridad, vasos de plástico y juguetes de materiales poco nobles.
No prohíbe el uso de nuevas tecnologías
Me remito al punto anterior, Maria Montessori no conoció los iPads, no liemos época histórica con filosofía… Y igual que en el punto anterior, pienso que lo que hay que hacer es seguir las recomendaciones que van elaborando las sociedades de pediatría o la OMS sobre el uso de NNTT por parte de los pequeños (y de los adultos).
No prohíbe los juguetes a pilas
Comparto el que cuanto menos hace el juguete, más hace el niño, que los juguetes no deben sustituir las interacciones sociales y que es importantísimo el juego desestructurado, pero… si un piano en el que aprietas una tecla y suena una nota es aceptable, ¿por qué no si el piano va a pilas? ¿Y si en lugar de una nota es una canción? ¿Tanta es la diferencia? Desde mi punto de vista, si hay variedad y se le permite decidir, el peque no escogerá siempre los juguetes electrónicos. Donde se ponga un puñado de maderitas para hacer torres (o lanzar a ver cómo suenan)… que se quiten las musiquitas estridentes.
Ahora mismo no se me ocurren más malos entendidos en relación a la filosofía Montessori, si se te ocurre algo que te hace dudar, comenta y te responderé lo mejor que pueda desde mi experiencia como mamá muy lectora y seguidora de evidencia científica.
¡Un abrazo!
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