Hecho con amor

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miércoles, 14 de marzo de 2018

Zapatos, ¿qué le pongo a un bebé?

Cuando tenemos un bebé solemos tener bastante claro que necesitaremos bodis y pañales pero con los pies no sabemos muy bien qué hacer… Están los pijamas y pantalones con pies tapados, hasta ahí bien, pero ¿calcetines? ¿zapatos? ¿si nace en verano? ¿al ponerlo en el suelo? ¿y cuando empiece a andar? Hay una oferta tan variada y tantas opiniones…Si no tienes mucho tiempo y quieres una versión exprés de este post, he colgado en Youtube el directo que hice en Instagram el pasado 19 de febrero. Aquí me explayaré un poquitín más.

Ante todo hay que tener en cuenta que hablo de niños sin ningún tipo de afectación ni problema. En esos casos no siempre es válido lo que aquí explico.

Desarrollo normal del pie y del movimiento

Bebé tumbado

Nacemos con una capa de grasa en la zona de la planta del pie y con poca osificación, casi todo lo que en un futuro será hueso, es cartílago. La capa de grasa va modificándose y desaparece con el paso de los años, a la vez que se va formando al arco plantar, que es visible estando de pie en torno a los 6 años, pero igual que la osificación, no se completa su desarrollo hasta el final de la adolescencia.

Las plantas de los pies, al igual que las de las manos, contienen numerosas terminaciones nerviosas que aportan información sobre el entorno y, antes de empezar a andar, es tan importante la información que viene de los pies como la que viene de las manos. Por ello y para facilitar que se autodescubran es interesante que los pies de los bebés estén descubiertos. Lo ideal sería poder tenerlos desnudos, no hay mejor manera de conocerse que verse y tocarse, pero ante el frío, mejor los tapamos y, si es necesario tapar también los pies, que sea con unos calcetines.

Bebé que se gira

Entre los 3 y los 6 meses, los bebés aprenden a girar sobre si mismos, pasando de boca arriba a boca abajo y viceversa, y vuelve a cobrar importancia el llevar los pies descubiertos o, como mucho, con calcetines. A ser posible, que sean calcetines con antideslizante en la planta y también en el empeine. El antideslizante ayuda a que se parezca más a la reacción del pie desnudo contra el suelo, que da un soporte que permitirá, en breve, desplazarse. Así, aunque eliminemos la parte sensitiva con el calcetín, mantendremos la función.

Bebé desplazándose

Entre los 6 y los 12 meses aparece el desplazamiento por arrastre y el gateo para, entre los 9 y los 18 meses, dar sus primeros pasos. En todas estas etapas lo ideal es ir descalzo.

Para el desarrollo de la marcha es necesario fortalecer todo el cuerpo y el complejo piernas – pies es un elemento fundamental. Llevar unos zapatos que aprieten, con bultos en la planta, un puente que no corresponde a esas edades, que sujeten el tobillo… Solo sirve para dificultar el desarrollo del movimiento normal porque aporta falsas informaciones al cerebro y, al cambiar el zapato, se desmorona todo el esquema mental.

Un ejemplo concreto es cuando ponemos unas botas que sujetan por encima del tobillo. El peque camina con más seguridad porque su sistema nervioso siente que hay estabilidad en la articulación del tobillo pero el día que cambiamos por otro tipo de zapato sin esa sujeción extra, si hace poco que camina, gateará, y si es ya mayorcito, probablemente se canse o se caiga más de lo normal. Interpretamos que los zapatos nuevos no le van bien y volvemos al modelo anterior. Pero el problema es que ese modelo que sujeta por encima del tobillo dificulta o impide que se desarrolle la musculatura del complejo tobillo-pie.

Con el tiempo, el desarrollo muscular y los impactos repetidos de los pasos al andar se van desarrollando los arcos plantares pero si el desarrollo muscular o el impacto recibido en la planta del pie es anormal (cuanto más se aleje de pisar con el pie desnudo, más anormal es), tampoco habrá un desarrollo normal de estos arcos, con las dificultades que pueden seguirle a eso.

Entonces, ¿qué zapatos le pongo?

Así pues, las recomendaciones actuales son:

  • Descalzos siempre que sea posible.
  • Con calcetines si hay que proteger del frío.
  • Si también hay que proteger de golpes o rozaduras, zapatos con las siguientes características:
    • Zapato ligero.
    • Suela flexible: con una mano hay que poder juntar puntera con talón (mira el vídeo).
    • Suela antideslizante.
    • Planta lisa.
    • Libertad de movimiento del tobillo, la parte trasera llegará solo justo encima del talón.
    • Amplio, con puntera redondeada y ancha: los dedos no deben rozar.
    • Transpirable.
    • Bien sujeto al pie: esto quiere decir que debe acompañar al pie en cada paso, sin separarse. Zuecos, chanclas,  bailarinas… no son recomendables porque da la sensación de que se escapan y los dedos hacen un trabajo extra intentando sujetar el zapato.

Bibliografía de este artículo (o de dónde he sacado la información)

Espero que te haya resultado interesante el post y este nuevo apartado del blog.

¿Tus peques son pies descalzos o pies tapados? En casa el único aficionado a los zapatos es el papi, los peques y yo, pies descalzos.

¡Hasta el próximo post!

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